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La pesca de arrastre en Baleares.

La modalidad de pesca extractiva conocida como de arrastre consiste en una bolsa de red con luz de malla de 50 mm; lleva una boca con flotadores en la relinga superior y plomos en la inferior que la mantienen permanentemente en el fondo y abierta por una alas características emplazadas en los laterales y muy visibles cuando el barco está atracado en puerto. Todo el conjunto es arrastrado por el barco a una velocidad de 2 a 2,5 nudos. Sus especies objetivo son la gamba roja y rosada, el calamar, el pulpo, la cigala, el caramel, la bacaladilla, la merluza y el salmonete.

La boca de la red atrapa todo lo que se mueve delante de ella haciendo de esta modalidad de pesca una de las menos selectivas (el 70 % de las capturas son descartes). Además en el tipo “huelvano” la incorporación de cadenas o trenes de bolos en las relingas inferiores penetra en el sedimento del fondo provocando graves daños en las comunidades bentónicas.

Está modalidad de pesca está muy extendida en aguas españolas. En las Illes Balears representa el 11% de la flota pesquera balear (55 arrastreros), pero sus capturas son el 63% del total de las capturas de toda la flota, y los ingresos que de ella se derivan sustanciosos. En las Illes Balears también faenan 89 arrastreros de la Comunidad Valenciana.

Esta práctica pesquera está limitada a 5 días por semana y mareas de 13 horas, debe hacerse a 3 millas de la costa y no se permitien motores en los barcos de más de 500 CV, pero, sorprendentemente, no controla el volumen de las capturas. La realidad es que la tecnología pesquera a facilitado más capturas con menos esfuerzo y las prácticas ilegales como la falsas declaraciones de motorizaciones han desembocado en un resultado de capturas aún mayor.

La técnica de arrastre de fondo, acción mecánica de gigantesco arado sobre el fondo marino, es un arte de pesca con gran impacto ambiental, inmediato y a largo plazo, sobre el ecosistema marino, con muchos procesos de degradación irreversible; es uno de los responsables de la sobreexplotación y daños sobre los recursos pesqueros al destruir muchos hábitats sensibles que constituyen un refugio para el desove y la cría de muchas de las especies comerciales.

Actualmente están incumplidos diferentes convenios internacionales suscritos por el Reino de España (Barcelona, Berna, Bonn y el de Diversidad Biológica), aún se está implementado la Directiva Hábitats UE, también tenemos bastante legislación tanto nacional como autonómica para la protección del medio ambiente, incluida las regulaciones pesqueras que identifican hábitats vulnerables y esenciales para los recursos pesqueros como el del maërl, los caralígenos ó las praderas de posidonia.

Actualmente se dispone de información suficiente, gracias a los distintos trabajos de investigación, muy especialmente a los llevados a cabo por la Fundación Oceana, sobre fondos infralitorales y circalitorles, así como de los efectos devastadores del de la pesca de arrastre, como para dejar de generar más legislación y ponerse realmente a proteger.

Desde Marcabrera pensamos que el cumplimiento de la actual legislación implicaría para las Illes Balears definir 4.500 km2 de nuevas áreas marinas para ser protegidas y deban desarrollarse estrategias para la conservación de especies vulnerables ó en declive y hábitats sensibles, incluyendo un plan de acción y seguimiento frente a las especies invasoras.

Y paralelamente no solo debería prohibirse el arrastre por las zonas protegidas y pendientes de protección, sino que proponemos, el control de sus capturas y dado su carácter no selectivo y no sostenible, un plan de eliminación de este tipo de pesca así como de cualquier otra que no reúna los requisitos de sostenibilidad ambiental.