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CABRERA SACA ADELANTE 5 POLLOS DE AGUILA PESCADORA

El águila pescadora o águila peixatera (Pandion halieatus), catalogada como vulnerable en el catálogo estatal de especies amenazadas, es el rapaz más escasa de toda España, ya que solamente nidifica en Baleares, Canarias, Chafarinas y, desde hace pocos años, en Andalucía, donde ha sido reintroducida. A excepción de la pareja establecida en Andalucía (aguas continentales y nidificando en árboles o sustitutos tipo nidos artificiales, torretas eléctricas, etc.), el grueso de la población nidifica en el litoral marino, ubicando sus nidos en salientes o repisas de acantilados.

 

La distribución del águila pescadora comprende casi todo el planeta, bien sea como reproductora o bien como invernante. Esta dilatada repartición geográfica ha tenido como resultado la diferenciación de cuatro subespecies: P. h. haliaetus en el Paleártico, P. h. carolinensis en Norteamérica, P. h. cristatus en Australacia y P. h. ridgwayi en el Caribe(1). No obstante, los estudios filogenéticos hechos con las tres primeras subespecies, complementados con los de características morfológicas y del patrón de distribución, sugieren que deben considerarse como especies distintas (2).

 

La mayoría de los efectivos cría en el hemisferio norte, entre los 45º y 65º de latitud, aproximadamente. Una vez terminada la reproducción, tanto los adultos como los juveniles migran hacia los cuarteles de invernada localizados en Centroamérica, Sudamérica, África, India, sur de Europa, etc(3). Sin embargo, no todos los ejemplares migran, pues en latitudes más meridionales (golfo de California, Florida, islas y costas continentales mediterráneas, mar Rojo, islas Canarias, islas de Cabo Verde, etc.) las poblaciones son sedentarias(1), si bien los juveniles pueden realizar dispersiones de largo recorrido(4).

 

Igual que en las poblaciones americanas, la persecución directa, los pesticidas organoclorados y metales pesados, hizo que durante buena parte del pasado siglo el número de parejas disminuyera de forma dramática en el centro y norte de Europa(5). Las del sur, sedentarias y con ecología reproductora diferente, no estuvieron exentas de riesgos; precisamente las de la península Ibérica se extinguieron sobre todo por la persecución directa y el crecimiento urbanístico cerca de los nidos(6). Hoy día, la población europea (7.600-11.000 parejas) está estable o en ligero incremento en la mayoría de los países donde se reproduce (7).

 

En 2008 la población española estuvo compuesta por 31 parejas: 14 en Canarias, 15 en Islas Baleares, 1 en Andalucía y 1 en las islas Chafarinas. De las 31 parejas, al menos 24 fueron reproductoras activas (con puesta), aunque pudieron haber llegado a un máximo de 27. Entre cuatro y siete parejas ocuparon territorios sin realizar la puesta.

 

Además de su ecología y demografía, podemos seguir el pasado del guincho a través de los testimonios de pescadores locales y de muchos registros toponímicos que la especie ha dejado a lo largo de la costa. De hecho, el guincho se mantiene hoy todavía como topónimo de numerosos acantilados, islotes, roquedos y playas del litoral. La especie debió haber sido, por tanto, relativamente común en un pasado no muy lejano. Su notoriedad ha transpuesto incluso las fronteras del continente y se extendió, posiblemente con los marineros portugueses, al archipiélago de Madeira, donde también dio nombre a varios puntos de la costa antes de su extinción ya remota. Lo mismo ha ocurrido en Canarias y Cabo Verde, donde el guincho sigue siendo el nombre popular de una especie notable para el hombre de la mar.

 

Las tareas de seguimiento en Illes Balears están enmarcadas en el Plan de Conservación del Águila Pescadora, que dirige la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, y han sido llevado a cabo por agentes de Medio Ambiente y técnicos del Servicio de Protección de Especies.

 

El seguimiento del águila pescadora, que se ha realizado entre abril y julio de 2016, ha dado como resultado que se encuentra en expansión en Baleares, tras haber ocupado un total de 21 nidos, con 24 crías que han prosperado, cosa que mejora las cifras de 2015 cuando hubo 18 parejas y un total de 16 pollos. En Cabrera, las 3 parejas han sacado adelante a 5 pollos.

 

También dentro del plan de conservación se ha realizado el marcaje de jóvenes en dos nidos: uno en Mallorca, en el cual se anillaron y se marcaron tres crías con anillas de lectura a distancia, y uno en Cabrera, donde se anillaron otras dos crías con el mismo método. Además, a uno de ellos, se le colocó un emisor GPS. Para el marcaje de estos ejemplares se contó con la experiencia y la colaboración del Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB).

 

Por otra parte, en la última de las visitas a los nidos de la costa norte de la Serra de Tramuntana se ha hecho un ensayo con un dron con la idea de ver las posibilidades de prospectar la nidificación de algunos de los nidos más inaccesibles. Con este ensayo se pudo comprobar la presencia de un pollo en uno de los nidos que de otra manera no se hubiera podido confirmar desde el mar, como se suele hacer. La prueba se hizo dando prioridad a la tranquilidad del animal y prestando mucha atención a las reacciones de los adultos y a las posibles molestias ocasionadas por el aparato.

 

Buenos aires soplan para el águila peixatera, esperemos que sean moderados y que permitan que el profundo aleteo de sus cernidos junto con su atrevido descenso sobre el agua para remontar el vuelo con un pez entre sus garras sea una imagen frecuente para nuestros hijos.

 

 

1.- Poole, 1989a.

2.- Wink et al., 2004.

3.- Del Hoyo et al., 1994.

4.- Triay, 2002a.

5.- Saurola, 1997.

6.-González et al., 1992; Palma, 2001.

7.- BirdLife International.

 

 

Redacción Marcabrera