Online booking






News

CABRERA ASALTADA POR LOS PLÁSTICOS ARGELINOS

Sólo hay que dar un paseo en lancha por las costas de Baleares, principalmente sur de Mallorca y Parque Nacional Marítimo Terrestre de Cabrera, para darse cuenta de la cantidad inusual de plásticos que proliferan. «Toneladas, y de todos los tamaños».

Es suficiente recoger algunas muestras, para detectar el origen, en su mayoría bolsas de leche con la serigrafía en árabe y francés. El pasado verano, la organización ecologista GOB confirmaba que la sopa de plástico había alcanzado el Parque Nacional de Cabrera. Y nos enseñaba las imágenes de las primeras consecuencias, una tortuga muerta enredada en plásticos.

Este fenómeno “tristemente” se repite cada año, principalmente durante los meses de junio, julio y agosto, cuando la temperatura del agua es suficientemente alta, para que dichos plásticos dejen de navegar a medias aguas y afloren a la superficie, resultando visibles. Que durante el invierno no se observen plásticos, no significa que el mar este limpio, sino que estos navegan a medias aguas, siendo ingeridos por peces y tortugas al confundirlos con medusas.

Entre la variedad de este tipo de basura destacan envases de leche, botellas de agua, tetrabriks y bolsas de teléfonos móviles, todo con señas que indican que proceden de Argelia, los escasos 250 kilómetros que nos separan, hacen que seamos su destino, inevitablemente.

Los plásticos están afectando a fauna marina: tortugas, ballenas, delfines y otros invertebrados, lo que implicaría que Argelia es uno de los peores enemigos para la fauna de las islas.

Cabe mencionar también el impacto que este problema, supone y supondrá para el turismo, principal motor económico de las islas. Resulta sonrojante, enseñar nuestras preciosas playas y calas llenas de basura. Teniendo en cuenta de que cada año habrá más (Se calcula que a nivel mundial este año llegarán al mar del orden de 9 millones de toneladas de plásticos. Esta cantidad se incrementa cada año, y se cree que en 2025 será el doble).

A pesar de que se organicen limpiezas de voluntarios, más allá de su carácter simbólico y educativo, no sirven de nada si no se ataca el problema de raíz, parando los vertidos en origen. Mientras se sigan vertiendo basursas en las orillas de los arroyos, acabando luego en el mar, no hay nada que hacer. Evidentemente hay que seguir limpiando, pero la solución radica en facilitar medios o aportar soluciones, para que esos paises nord-africanos dejen de utilizar el mar mediterraneo como un estercolero.

Se estima que el 80% de los residuos en aguas de Baleares procede de fuera de las islas, pero el porcentaje restante llega desde embarcaciones recreativas, o pesqueras, o de transporte de mercancías y personas, hay que intentar concienciar para que esto tampoco ocurra.

Este gran problema sólo se solucionará con grandes decisiones.

 

Ver este enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=z9naF8Tte1E#t=164

 


 

Redacción Marcabrera