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CABRERA SANTUARIO PARA LOS ATUNES ROJOS

Cabrera, hacia el sur del archipiélago, por la topografía de sus fondos marinos, encontramos una zona donde constantemente se forman gigantescos remolinos anti-ciclónicos creando una zona de convergencia característica de la transición entre el Mediterráneo y el Atlántico. Especialmente durante el verano las aguas superficiales provenientes del Atlántico, entran en las Ies Illes Balears en forma de remolinos o filamentos separados de la corriente principal de las aguas atlánticas, que entra en el Mediterráneo por el Estrecho de Gibraltar debido a la inestabilidad del frente Almería-Orán. La interacción entre las masas de agua superficiales del Atlántico y del Mediterráneo, así como la influencia de la topografía de las islas, provocan una configuración hidrodinámica compleja caracterizada por una fuerte circulación geostrófica y sistemas frontales intensos (1).

 

Estas características hidrodinámicas complejas, en la zona sur de las Islas Baleares, generan aguas con grados de salinidad (en las zonas frontales de las confluencias entre estas aguas) entre los 36,9 y 37,7 % y desempeñan un papel clave en el desove y la determinación de la abundancia y distribución de las larvas de atún, sobre todo del atún rojo del Atlántico.

 

En 1971 y 1972 científicos franceses y españoles estudiaron las larvas de varias especies de atún en les Illes Balears(2). Los trabajos revelaron la presencia de larvas de atún rojo y de otros túnidos, como la melva, al sur de Mallorca. En los siguientes años, la Comisión Internacional para la Investigación Científica del Mar Mediterráneo (CIESM) apoyó las investigaciones posteriores sobre las larvas de túnidos en varias zonas del Mediterráneo. Estos estudios señalaron la existencia de larvas de atún rojo, albacora y melva en las aguas sur del Mar Balear(3).

 

En 1975 y 1977 el Instituto Español de Oceanografía (IEO) llevó a cabo otros estudios sobre las larvas de atún en todas las aguas del Mediterráneo occidental(4). Aunque estas investigaciones mostraron que el Mar Tirreno presentaba la densidad máxima de las larvas de atún rojo, las aguas Baleares se situaron, en ambos casos, en segunda posición en cuanto a las mayores concentraciones de atún rojo y la máxima densidad de larvas de melva y albacora.

 

En 1994, bajo los auspicios de la ICCAT, se realizaron estudios sobre las larvas de túnidos, por parte de buques de investigación japoneses(5) e italianos(6) cubriendo todo el Mediterráneo. El estudio revelo que había una concentración significativa de larvas de atún rojo en las aguas sicilianas (Canal de Sicilia y mares Tirreno sur y Jónico norte) y al sur de las Baleares.

 

El IEO lanzó en 2001 un proyecto de investigación denominado TUNIBAL, encaminado a estudiar la ecología de las larvas del atún rojo y de otras especies afines en las aguas del archipiélago balear. En el marco de este proyecto se llevaron a cabo cinco campañas (entre 2001 y 2005) en la zona del archipiélago balear. Estas prospecciones encontraron larvas de atún rojo, albacora y melva con bastante frecuencia.

 

La conclusión que podríamos sacar a partir de todos estos estudios es que, aunque el atún rojo del Atlántico desova probablemente en toda la cuenca del Mediterráneo, las aguas al sur de Baleares y Sicilia son zonas extraordinarias de desove para el atún rojo del Atlántico y la lógica conservacionista nos invita a apoyar el cierre de estas aguas a la pesca profesional creando un santuario, al sur de Cabrera, para los atunes rojos. Por otro lado, esta medida tendría efectos secundarios muy benéficos si la protección se extendiese a otras especies de grandes pelágicos a través de limitaciones de la pesca recreativa y profesional en la zona.

 

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha publicado hace unos días una Resolución que prohíbe la pesca deportiva/recreativa, tenencia a bordo y desembarque de ejemplares de atún rojo, al haber completado la cuota asignada. Se da así cumplimiento al Reglamento comunitario, dentro del Plan de Recuperación plurianual para el atún rojo del Atlántico Oriental y el Mediterráneo, que estableció los principios de viabilidad propuestos por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico. 

Las embarcaciones incluidas en estas dos listas (deportiva y recreativa) estaban autorizadas a la captura fortuita del atún rojo en el transcurso de las mareas que realizaran, ya que solo se les permitía la captura y suelta de ejemplares vivos de atún rojo. Solo en aquellas capturas en las que no se hubiera podido evitar la muerte del ejemplar, se podían embarcar los ejemplares enteros y llevarlos a puerto, realizando la correspondiente declaración de captura.

Este Plan de Recuperación, adoptado ante la situación biológica de la población de atún rojo, contempla entre sus medidas la obligación de que cada Estado miembro elaborase un plan de pesca anual para las almadrabas y los buques que capturasen atún rojo. Esto incluía la asignación y adecuación de las posibilidades de pesca a la capacidad existente, el establecimiento de restricciones de pesca, las tallas mínimas de los ejemplares, así como los puertos autorizados y otras medidas de control. Asimismo, esta norma recogía la obligación de asignar una cuota específica para la pesca de recreo y deportiva.

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(1).- (Lopéz-Jurado et al.,1995; Pinot et al., 1995 y Vélez-Belchí et al., 2001).

(2).- (Duclerc et al.,1973).

(3).- (Dicenta et al.,1975).

(4).- (Dicenta, 1977; Dicenta y Piccinetti, 1978).

(5).- (Tsuji et al., 1994 y 1997; y Nishida et al., 1998).

(6).- (Piccinetti et al., 1996a y b).

 

 

 Redacción Marcabrera